
Dicen que la felicidad no se puede medir. Existen estudios que proponen medir el grado de felicidad con determinados patrones, con conclusiones sin validez científica.
La felicidad y el amor son como un acertijo, no hay un método infalible que explique si hemos experimentado estos sentimientos o si hay alguna formula para llegar a sentirlos.
Con Manuel y Vanessa es fácil llegar a una conclusión científicamente válida. Solo hay que analizar los patrones de: los nervios previos, sus sonrisas, los grupos de familiares contentos y amigos exaltados… para saber que la felicidad sí se puede medir.
El día de su boda el nivel de alegría estaba en su máximo esplendor, su complicidad lo decía todo. La fortuna estaba de su parte, aunque el día estaba nublado no llovió. El sol apareció cuando se abrió la puerta del coche y Manuel se encontró con Vanessa.
¿Cómo entra la luz en una persona? si la puerta del amor está abierta. Paulo Coelho.